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Alergia en primavera: la clave es prepararse con anticipación

Alergia en primavera: la clave es prepararse con anticipación

15/09/2020
3 min lectura

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La alergia en primavera es un clásico. Y es que, en esta época del año, árboles, pastos y malezas adornan la ciudad, iniciando una nueva temporada de alergias.

Así, cada vez son más las personas cuyo sistema inmune reacciona violentamente ante la presencia de alérgenos típicos de esta temporada, como el polen de plantas.

La manifestación más típica es la rinoconjuntivitis alérgica (RCA), también conocida como alergia estacional, que se presenta con los siguientes síntomas:

  • Picazón en la nariz, ojos, oídos, garganta.
  • Mucosidad nasal
  • Estornudos
  • Congestión nasal
  • Ojos llorosos

La forma de presentación de las alergias va cambiando con la edad (marcha alérgica). Si bien en la infancia lo más común es la alergia alimentaria y dermatitis atópica, en la adolescencia y adultez la principal manifestación suele ser la rinoconjuntivitis alérgica, la que de acuerdo a la literatura internacional afecta entre el 20 y 30% de la población general.

El diagnóstico de esta enfermedad es clínico, es decir, se basa en la historia del paciente y el examen físico. Además, puede complementarse con un examen llamado test cutáneo o prick test a inhalantes, que busca anticuerpos y mide sensibilización a diferentes alérgenos, entre los que destacan:

  • Pólenes de árboles, pastos, malezas y hongos
  • Ácaros del polvo de habitación
  • Epitelios de animales
  • Entre otros
  • Uso de mascarilla para la alergia

El uso de mascarillas podría convertirse en el nuevo aliado de los pacientes con alergia. Sin embargo, habría que tener ciertas consideraciones, porque no sirve cualquiera.

De acuerdo con la experiencia internacional, el único tipo de mascarilla que ha demostrado ser efectivo como barrera anatómica es la KN95, también llamada N95 o FFP2, que filtra entre el 94 y 95% de las partículas pequeñas. Esto, porque los pólenes de la primavera son muy pequeños y es fácil que puedan traspasar otro tipo de barreras.

Además, las mascarillas certificadas tienen un buen sello que impide que entren elementos por los costados. No obstante, es importante recordar el correcto uso de ellas y cambiarlas por una nueva cada vez que se humedecen.

Asimismo, es importante ponerse la mascarilla al salir de casa y no sacársela en espacios abiertos, porque puede depositarse polen en su interior, lo que generaría el efecto contrario.

Por otro lado, a pesar de que no son lo más recomendado, las mascarillas domésticas pueden ser un elemento útil como método de barrera para quienes no pueden acceder a una que esté certificada, pero es importante lavarla después de casa uso. Lo anterior, porque según la especialista, el polen queda adherido a la tela de la mascarilla.

Tratamientos
A pesar de que la mascarilla puede ser un buen elemento, tratar la alergia es fundamental porque, de lo contrario, las vías respiratorias quedan más expuestas a sufrir una sobreinfección viral o bacteriana que se manifieste por sinusitis, otitis, bronquitis o neumonía.

La persona con rinoconjuntivitis se enferma con más frecuencia, porque tiene dañada la primera barrera natural de defensas que es la mucosa nasal. La persona con rinoconjuntivitis se enferma con más frecuencia, porque tiene dañada la primera barrera natural, la mucosa nasal, que es un mecanismo de inmunidad innata.

Es importante tratar esta patología, porque a largo plazo, la principal consecuencia de no tratar esta patología es el desarrollo de asma bronquial, enfermedad crónica que provoca inflamación y estrechamiento de las vías que conducen el aire a los pulmones y que afecta a unos 235 millones de personas en el mundo, de acuerdo a cifras publicadas en 2013 por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Con el tiempo se estima que un tercio de los riníticos alérgicos desarrollará asma bronquial. Están más predispuestos a desarrollar asma los pacientes riníticos que han tenido antecedentes de asma bronquial en la infancia o aquellos con antecedentes familiares de asma.

Existen medicamentos, como los antihistamínicos y corticoides inhalados, que ayudan a combatir los síntomas, pero no terminan con la enfermedad.

Sin embargo, hay otra alternativa orientada potencialmente a curar la rinitis, la inmunoterapia. Esta consiste en administrar vacunas que pueden ser subcutáneas (se ponen una vez al mes) o sublinguales, las que deben ser usadas diariamente. En ambos casos, el tratamiento tiene una duración de entre tres y cinco años.

Con esta terapia se logra disminuir los síntomas, reducir los medicamentos, prevenir nuevas alergias y evitar el desarrollo del asma bronquial. Es un tratamiento útil para un grupo seleccionado de pacientes. No es recomendable para personas que son alérgicas a todo, polisensibilizados, ya que en estos casos no tiene tanta efectividad ni en aquellos que sufren asma severa.

Quienes sufren de rinitis deben iniciar el tratamiento con anticipación, antes de que empiecen las crisis, de manera de estar preparados para enfrentar la llegada de la primavera.