Si no has hecho actividad física en mucho tiempo, consulta a un profesional de la salud.
Empieza de menos a más, con pequeñas metas. Puedes partir con 150 minutos de ejercicio aeróbico a la semana.
Realiza diariamente pausas saludables para recuperar energía, mejorar el desempeño laboral, y reducir la fatiga y los trastornos musculoesqueléticos.
Practica los 10 mil pasos al día, por ejemplo, camina al trabajo, estaciona el auto más lejos, pasea a los niños pequeños en coche, saca a tu mascota, etc.
Realiza ejercicios de fuerza, 2 a 3 veces a la semana, para preservar la masa muscular y controlar factores de riesgo cardiovascular.
Para motivarte elige actividades que te gusten y que sean fáciles de incorporar a tu vida, además de buscar un partner que te acompañe (amigos, pareja y/o compañeros de trabajo).
Usa la tecnología como aliada: escucha música mientras te ejercitas, usa el contador de pasos, mide la frecuencia cardiaca y cuenta los kms. con un reloj, haz rutinas online gratis.
No es necesario inscribirte en el gimnasio, puedes salir a caminar, correr y/o subir el cerro, entre otras cosas.
Incorpora el movimiento a tu rutina: usa medios de transporte no motorizados, juega con tus hijos, baila o realiza tareas domésticas, como jardinería o limpieza.