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¿Qué son las apneas del sueño?

Apnea es la palabra médica para pausa respiratoria, la que ocurre por lo general debido a la obstrucción o cierre de la vía aérea superior (faringe).

Otros nombres para esta enfermedad son SAHOS (Síndrome de Apneas Hipopneas Obstructivas del Sueño), SAOS (Síndrome de Apneas Obstructivas del Sueño), OSA (Obstructive Sleep Apnea, su sigla en inglés).

Se produce en quienes están predispuestos anatómicamente por la relajación normal de la musculatura al dormir. Cuando estas pausas son completas, se habla de apneas y, cuando son parciales, de hipopneas.

En personas jóvenes y delgadas se pueden presentar con poco ronquido y sin caída de oxígeno, manifestándose como “Despertares Relacionados a Esfuerzo Respiratorio” o Síndrome de Resistencia Aumentada en la Vía Aérea Superior, una forma más leve que comparte muchas de las consecuenc ias negativas del cuadro.

Consecuencias de las apneas del sueño

Se consideran tres niveles importantes:

  • Convivencia: con frecuencia el ronquido es intenso y suele molestar a quienes rodean al paciente, habitualmente en el entorno familiar, pero también en viajes u otras situaciones sociales.
  • Mala calidad de vida: las apneas interrumpen el sueño, haciendo que este sea muy superficial y poco reparador, por lo que se duerme, pero no se descansa y durante el día también se está mal.
  • Aumenta en forma acumulativa los riesgos en enfermedades, tales como:

¿Cómo se manifiestan?

Síntomas diurnos

Somnolencia.
Cansancio.
Dificultades de concentración y memoria.
Disminución de la libido.
Disfunción eréctil.
Riesgo de accidentabilidad.
Irritabilidad.
Pseudo-depresión.

Síntomas nocturnos

Ronquido.
Ahogos.
Pausas respiratorias percibidas por la pareja.
Sudoración nocturna.
Despertar con la boca seca.
Amanecer con dolor de cabeza.
Levantarse a orinar muchas veces.
Sueño inquieto (patadas y bruxismo, entre otros)

¿Cómo se diagnostican?

Existen distintos tipos de apneas, siendo las obstructivas las más frecuentes. Sin embargo, también hay apneas centrales, cuyo nombre se refiere a que la orden de no respirar viene del cerebro. Diferenciarlas es fundamental, ya que los tratamientos no son los mismos.

Para poder objetivar, cuantificar y caracterizar las apneas, se realiza un examen llamado polisomnografía, que registra simultáneamente múltiples variables corporales durante el sueño y da la información final sobre si se trata de un simple ronquido, Resistencia Aumentada en la Vía Aérea o apneas. En este caso, además, indica con qué frecuencia se producen, si hay desaturación de oxígeno (baja de la oxigenación sanguínea) y qué tan profunda es.

¿Cuánta actividad física realizar?

Frecuencia

Para mejorar la condición cardiopulmonar, se aconseja realizar actividad física entre 3 y 5 veces por semana. Si dispone de más tiempo, mejor. Idealmente todos los días. Para las personas sedentarias cualquier incremento en su actividad física, por mínimo que sea, será beneficioso.

Tiempo

De 30 a 60 minutos, con un aumento gradual. También es posible fraccionar la media hora y realizar actividades más cortas y repetidas como, por ejemplo, dos sesiones de 15 minutos o tres de 10 minutos.

Intensidad

Empiece con una actividad leve a moderada y luego auméntela en las semanas o meses siguientes según cómo se vaya adaptando a las nuevas exigencias. Es la mejor manera de evitar lesiones musculares y esqueléticas.

Adicionalmente, existen tres tratamientos específicos:

Dispositivo Presión Aérea Positiva Continua (CPAP):

Su sigla significa Presión Aérea Positiva Continua y es el más efectivo para las apneas de mayor gravedad y para las apneas centrales, hipoventilación, entre otras. El paciente duerme respirando el aire de su habitación entregado por el dispositivo a cierta presión sin oxígeno adicional, a través de una mascarilla. Existen diversos tipos de equipos de ventilación según las distintas necesidades.

Cirugía:

Es una buena alternativa en personas jóvenes, que tengan apneas leves a moderadas. Es realizada por equipos de otorrinos y cirujanos máxilo-faciales.

Planos de avance mandibular:

Su uso es útil en pacientes delgados, con apneas leves. Estos anclan la mandíbula para que la vía aérea se abra de manera efectiva. Deben usarse todas las noches al dormir.

Apneas del sueño en los niños

En los niños afectan por igual a ambos sexos. Pueden manifestarse desde los primeros meses de vida, pero lo más habitual es que aparezcan en la edad preescolar y escolar.

Cuando un menor tiene un SAHOS, el síntoma característico es el ronquido: un niño NO debe roncar. Es posible que esté sufriendo apneas si, además, no duerme bien, sus capacidades de aprendizaje se reducen, tiene dificultades de concentración (lo que ocurre en muchos casos), baja su rendimiento escolar, se orina en la cama (enuresis), presenta síntomas depresivos, problemas de conducta y baja autoestima. Esto puede marcarlo para toda la vida, por lo que un diagnóstico y manejo oportunos son esenciales.

La apnea obstructiva en el niño se asocia, por lo general, a sobrecrecimiento de las adenoides y de las amígdalas, y a obesidad. Adicionalmente, se presenta en casos específicos de menores con condiciones médicas especiales como síndrome de Down, alteraciones craneofaciales, enfermedades neuromusculares, patologías metabólicas, laringomalacia y otras que requieren de la evaluación de un especialista.

Diagnóstico de SAHOS en niños

Los antecedentes y características del sueño, junto con el examen físico, son orientadores en cuanto a las causas de las apneas en los niños. La evaluación puede incluir una oximetría de pulso, una grabación del menor mientras duerme, una poligrafía o estudio abreviado del sueño, o una polisomnografía, el examen más completo y específico para el estudio de este tipo de trastornos. En casos especiales se registra en forma simultánea la pHmetría esofágica, que permite analizar el reflujo gastroesofágico.

Tratamiento del SAHOS en niños

En la mayoría de los casos, la terapia más efectiva es la extracción de amígdalas y de las vegetaciones (adenoides) si existen o están realmente aumentadas de tamaño. En determinados pacientes el tratamiento depende de la condición que favorece la presencia de la apnea.